miércoles, 23 de enero de 2013

Un inmenso tesoro



Un inmenso tesoro.
Érase una vez en una bella granja donde vivían un gallo, un conejo y un cerdo sucedió algo inimaginable, pues si, ocurrió que una hermosa pero a su vez rara ave se acercó a ellos, les entrego un objeto envuelto en hojas de un color verde intenso, adornado con una margarita y les pidió que cuidaran ese tesoro. El ave se marchó, los ojos de los tres animalitos centellaban de curiosidad, estos imaginaban que dentro había un gran diamante, o quizás un genio maravilloso, de ese con el que tú sueñas aparezca y te conceda los tres deseos, también los tres animales pensaron que quizás se trataba de una pluma mágica. Rápidamente miraron en su interior pero qué decepción! dentro solo había una pequeña semilla.
Sin darle mucha importancia Ia dejaron en el suelo y sin más se alejaron del lugar. Por allí pasó un carnero y se encontró con Ia semilla que lloraba, esta le conto como los animales Ia habían abandonado, este se compadeció de ella y comenzó a cuidaría, abrió un agujero en Ia tierra, echó Ia semilla, Ia cubrió y luego Ia rego con agua fresca.
Cada día el carnero visitaba a su amiga y se sentaba a esperar mientras pensaba si Ia pequeña semilla se encontraría bien o si se ahogaría allá abajo. Pasó el tiempo y el carnero comenzó a preocuparse, hasta que no pudo más y comenzó a llamar a su amiga, al escuchar los gritos se acercaron el gallo, el conejo y el cerdo para ver qué sucedía.
De pronto sintieron que Ia tierra se movía bajo sus pies y se abrazaron de miedo, fue entonces que vieron brotar de Ia tierra un frágil tallo que rápidamente se elevó al cielo, convirtiéndose en un fuerte árbol, este echó

ramas, y Ias ramas hojas, y en Ias hojas, flores, y en Ias flores frutos y en los
frutos habían muchas semillas igual a aquella que había sido cuidada por el
carnero.
De Ias flores se desprendía el suave olor del azahar, y sus frondosas ramas
esparcían suficiente sombra para que todos pudieran descansar.
Todos estaban tan asombrados, que no podían creerlo, nunca habían visto un
árbol, entonces comprendieron porque Ia hermosa y rara ave les habían dicho
que era un valioso tesoro.
                                          Miguel García Robles

No hay comentarios:

Publicar un comentario