El deseo de un grillo.
En una bella noche de luna y cielo
estrellado, se lamentaba un grillo de su mala suerte y fortuna ya que le encantaba Ia música pero Ia
verdad no era muy bueno, le encantaba
escuchar el croar de Ias ranas del charco, el canto de Ia lechuza, que aunque Io asustaba no
podía negar que su voz era muy dulce. El grillo sonaba cada día con cantar y alegrar Ias noches y hacer además
una gran orquesta junto con Ia rana y Ia lechuza.
Pero sucedió que uno de esos dias en
que como tantas otras veces se encontraba
sonando despierto descansando sobre una hoja de violeta, sintió una cosquilla en sus largas patas,
al rascarse escuchó un "CRIC, CRIC", muy asombrado volvió a probar, esta vez
Io hizo más fuerte y el "CRIC, CRIC" de sus patas se escuchó por todo el
campo, el grillo no Io podía creer, claro que yo tampoco, no me imagino un grillo músico con vestido de
gala, dirigiendo una orquesta, pero suena gracioso, pues miren que si, era nada
más y nada menos que música, de sus patas brotaba Ia música
más tierna que jamás escucharíamos.
Al principio le costó un
poco de trabajo organizar Ias notas musicales, pero poco a poco Io fue logrando. El
grillo estaba muy feliz, su música podía acompañar el canto de Ia rana y Ia lechuza. El viento Io llevaría de un
lugar a otro en Ia oscuridad y
hasta Ias estrellas asistirían a su gran velada.
Miguel García Robles
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