viernes, 7 de junio de 2013

el astuto zorro


El astuto zorro
Un gallo vio venir a un zorro y como le temía se subió a un árbol, este
pensó en hacer que el gallo bajara para luego comérselo, así que le dijo:
-Oye, amigo, por qué me temes, no sabes que Ia guerra entre animales se
a acabado, pues si, el lobo es amigo del chivo, el gato del ratón, el gavilán
de  Ia  paloma,  baja y no temas,  verás que  no te  haré daño.- dijo
relamiéndose los bigotes.
-Está bien bajaré, pues esa noticia me alegra mucho. - dijo el gallo.
Este bajó del árbol y se acercó poco a poco a al zorro, pues aún
desconfiaba del zorro, lo abrazó muy fuerte y le dijo:
-jQué tonto eres!, ¿realmente pensaste que te dejaría escapar.?
éste se llevó al gallo a su madriguera, allí Io encerró en una jaula y salió en
busca de algún otro animal al que pudiese engañar, pero lo que el no
sabía, era que un viejo conejo había visto toda la artimaña y le había seguido
silenciosamente. Este espero a que saliera y liberó al gallo quien le dio Ias
gracias e ideó un plan para asustar al zorro.
-Echaré alguna de mis plumas en el agua que ha dejado hirviendo, el zorro
al verlas pensará que he intentado escapar y caí dentro.- dijo el gallo.
Así lo hicieron y salieron corriendo, pasó algún tiempo y el zorro volvió a su
madriguera, miró hacia todos lados y no vió rastro del gallo hasta que al
asomarse a Ia cazuela vió Ias plumas.
-jJa, ja!, que gallo tan tonto, intento escapar y mira donde vino a caer, que
sabroso, me tomaré toda esta sopa. -sonrió maliciosamente.
Pero el no sabía que Ias plumas de los gallos dan un dolor de
barriga terrible parecido a ese dolor que te da en tu tripita cuando comes


demasiadas chuches..
Pues si el zorro se tomó todo el caldo y tan fuerte fue el dolor que estuvo varias semanas acostado sin poder levantarse de su cama.
 
    MIGUEL GARCIA ROBLES
 

las gotitas viajeras


Las gotitas viajeras.      

En Io más alto del cielo tan alto que si ahora mismo te subes a una escalera de escalones infinitos no podrías ver aún nada, pues en ese lugar vivían dos gotas de agua transparentes y cristalinas, eran muy felices pues todo el día se Io pasaban jugando y cantando, una tarde sopló un viento muy frio y las gotitas de agua cayeron a Ia tierra, primero sintieron un poco de miedo, pero luego pensaron que podrían disfrutar de un maravilloso viaje. Al llegar a Ia tierra Io primero que hicieron fue juguetear con los pétalos de las flores que las recibieron con gran alegría, pues las gotitas refrescaban el aire proporcionándoles bienestar, después visitaron una charca donde había una familia de patos y de ranas, siguieron viaje y se colaron por un agujero muy pequeño que había en Ia tierra hasta llegar a un arroyo subterráneo que las llevó directo al rio y de ahí... al mar.

Ya estaban cansadas de un viaje tan largo y aunque habían aprendido mucho extrañaban su suave y placentera nube. Entonces sintieron el cálido abrazo de los rayos del sol que venían a buscarlas para llevarlas nuevamente al cielo, allí se quedaron dormidas sin dejar de soñar con los nuevos amigos que habían conocido y que pronto volverían a visitar.

 

                               Miguel García Robles