martes, 23 de abril de 2013

la isla del gigante


La isla del gigante.    
Una noche en una isla muy, pero muy pequeña, tan pequeña como Ia
moneda de cinco céntimos, hubo una gran tormenta, todos sus habitantes
se asustaron mucho pues nunca habían visto nada igual.
A Ia mañana siguiente una voz despertó a gritos a todos:
-jGIGANTE, GIGANTE!
Se asomaron a Ias ventanas y por encima de los techos de Ias casas
podían ver a un gigante, este tenía una   larga barba que le descansaba
sobre un pecho desnudo, el cual a su vez terminaba en una enorme panza
con un ombligo que parecía no tener fin, el pantalón estaba ajustado por un
gran cinturón con una hebilla plateada que centelleaba a Ia luz del sol.
Los habitantes temblaban de miedo, pero Ia cara triste y
noble del gigante despertó en ellos Ia duda de si temerle o compadecerse
de él.
Pasaron varios días y se hicieron todos muy buenos amigos, pero aún Ia
tristeza seguía reflejada en su cara, se había convertido en una carga para
Ias personitas de aquel lugar, ya que Io tenían que alimentar sentado pues
al más mínimo movimiento Ias casas caían al suelo.
Una noche en que todos descansaban se acercaron a Ia isla varios barcos
piratas, grandes cañonazos caían cerca de Ia playa, nadie sabía qué hacer
pues no sabían Io que era Ia guerra, pero allí estaba el gigante el cual tomo
mucho aire y sopló tan fuerte que se levantaron grandes olas, tan grandes
como él, los piratas cayeron al mar, el miedo que sentían era tal que se
fueron nadando y nunca más volvieron. Desde entonces el gigante es el guardián de la isla y solo permite que allí se acerquen los verdaderos amigos.
                     Miguel Garcia Robles


 

jueves, 4 de abril de 2013

las flores y la lombriz


Las flores y Ia lombriz. 
En un jardín muy hermoso vivían muchas flores bellas y olorosas, estas
eran cuidadas por un viejo jardinero muy bueno y de mucha experiencia que
las regaba diariamente y podaba sus ramas haciendo las más bellas y de
extrañas formas, compartían el jardín las mariposas, las abejas, los pájaros
cantores los cuales tenían bellísimos plumajes, pero también en aquel
fantástico lugar vivía un animalito que era despreciado por todos, pues, os
estoy hablando de una lombriz, claro que ya sé que alguno de vosotros las
teme pero eso se les pasará cuando conozcan a esta amiguita. Esta lombriz
siempre estaba en lugares oscuros de Ia tierra y se sentía muy sola y triste
pues cada vez que se asomaba a Ia superfície todos se horrorizaban al ver
su cuerpo tan blando y brilloso.
Así pasaba los días hasta que Ia pobre lombriz decidió marcharse y buscar
un lugar donde fuera recibida con alegría. No pasó mucho tiempo para que
Ia tierra comenzara a endurecerse, a pesar de que el viejo jardinero
continuaba  cuidándolas cada día.  Las  plantas  no podían  buscar los
alimentos pues Ia tierra estaba más que dura, durísima, las hojas se
comenzaron a tornar amarillas y las flores se marchitaban.
El jardinero no comprendía el porqué de tanto sufrimiento, fue entonces
que decidió buscar al médico de las flores.
Al llegar y observar a las plantas le dijo al viejo jardinero:
-Estas plantas necesitan lombrices de tierra, para que las raíces puedan
crecer mejor.
Las flores al escuchar esto se asombraron y muy preocupadas le pidieron
el favor a las mariposas que fueran en busca de Ia pequeña lombriz. Por
 


mucho que estas se esforzaron no Ia encontraron, esta había marchado a vivir muy lejos, donde había un huerto de zanahorias que Ia habían recibido con mucho más cariño.
Las flores lloraron desconsoladas se preguntaban qué sucedería si no volvía Ia lombriz, pero el jardinero que las quería mucho trajo a vivir al jardín otras lombrices y las flores se pusieron tan contentas que hicieron una fiesta, desde entonces siempre están juntas las lombrices y las flores.
 
 
            Miguel García Robles