martes, 19 de febrero de 2013

El rayito perdido


El rayito perdido.          

Sucedió que una vez, sin saber por qué el sol desapareció, por Io que los días eran tristes y muy grises, los animales estaban bastante preocupados, bueno no solo ellos, hasta yo Io estaría, os imaginais vivir sin Ia maravillosa luz de nuestro astro rey, seria todo muy frio y sombrío. Los animales estaban hambrientos y algunos habían perdido sus casas arrastradas por Ia interminable lluvia, hasta que finalmente una estrella se enteró de Io sucedido, nada más y nada menos que el sol había perdido un rayo, así como os asombrais vosotros Io hicieron también los animales, los cuales se miraron con cara de preocupación ¿qué hacer?, ¿cómo encontrar al rayito?, ellos sabían que el sol adoraba a sus rayitos, los cuida con mucho amor, pero también saben que son muy traviesos, sobre todo el más pequeño, que era el que se había perdido.

Como todos querían mucho al astro rey decidieron sin pensarlo dos veces salir bajo Ia lluvia en busca del inquieto rayito. Fueron a todas partes, al bosque, a Ia montaña, a los lugares menos sospechados, hasta que en el fondo de una cueva, muy en Io profundo Io encontraron. El rayito estaba muy asustado, así que Io llevaron de regreso al cielo montado en una paloma blanca, el sol al verlo se puso tan feliz que olvido el regalo que le tenía guardado.

Finalmente salió y alumbró de nuevo, calentó Ia tierra y canto alegre esta  canción:

Ya ha vuelto mi rayito, Mi

querido rayito travieso

         Que aunque es pequeñito es muy apuesto                      .                         Miguel García Robles

El sapito flautista


El sapito flautista.                
En una charca del campo vive un sapo que quería ser flautista, cada noche
tomaba un tallo de nenúfar, le abría unos agujeros y comenzaba a entonar
bellas melodías, Io hacía muy triste porque nadie Io podía escuchar, su
padre que era un gran sapo le había prohibido que tocara Ia flauta
diciéndole:
-Nuestra família es de sapos cantores, ¿cómo vas a ser flautista?, no
puedes, es herencia de família.
Aunque Bruno, que así se llamaba el sapito, asistía todos los días
disciplinadamente a Ias clases como Io haceis seguramente todos vosotros,  pues a pesar de esto Bruno seguía soñando con su flauta,
entonces se enteró que se celebraría en Ia charca una gran fiesta, el grillo
tocaría el violín, Ias abejas zumbarían, Ia cigarra llevaría su guitarra y por
supuesto el coro de ranas también estaría.
Llegó Ia noche y se acercaron hasta allí Ias hormigas, Ias luciérnagas, Ias
mariposas y los escarabajos, todos estaban ansiosos por escuchar al coro
de ranas recién graduadas, era Ia gran sensación. Todos estaban muy
atentos, el coro de ranas comenzó a cantar, en médio de Ia interpretación
alguien desafino tanto que todo quedo en silencio, había sido Bruno, todos
Io miraban con asombro y disgustados.
Caminó tres pasos al frente y en médio de Ia sorpresa saco su flauta y
comenzó a tocar una suave melodia que al terminarla elogiaron con
grandes aplausos. Bruno hizo una reverencia bajó del escenario y se
marchó.


En Ia fiesta todos preguntaban por él y decían a su padre: -jFelicidades señor Sapo, tiene usted un hijo muy talentoso, es todo un artista, único, magnífico!
El Sapo no contestaba, solo sonreía confundido, busco a su hijo y Io encontró al otro lado de Ia charca, Bruno Io sintió llegar y de espaldas a él le dijo:
-Disculpa papá, no soy el cantante con que has confiado, sé que te he fallado.
Su papá le miró tiernamente a su hijo y le dijo:
-Quizás sea cierto, pero eres el mejor flautista que me hubiera imaginado y eso me enorgullece mucho.
Desde entonces a todas Ias fiestas que se realizan en el campo el primer invitado es el sapito flautista.  
 
                                 Miguel García Robles

viernes, 1 de febrero de 2013

Arcoiris



 Arcoiris.                  
Cuentan que una vez el Sol y Ia Lluvia discutieron tan fuerte y tanto que la tierra casi desaparece. Pues os hablaré primero y bien despacio de como son los personajes de este cuento para que lo entiendan mejor. La Lluvia es una muchacha de cabellos transparentes como el cristal, sus ojos son tan claros que casi puedes mirarte en ellos, siempre la gusta juguetear entre las flores dejando su frescura como si fuese una canción. El sol es un joven impetuoso, fuerte, de cabellera rubia y barba rojiza, da luz y calor por dondequiera que pasa.
Un día el Sol se dio cuenta que estaba enamorado de la Lluvia, quiso decírselo, pero ella era orgullosa lo rechazó. El Sol se sintió tan triste y enojado que le dijo: -Vamos a ver quién puede ser más importante tú o yo.
-jQué tonto eres! -dijo la Lluvia suavemente.
-Ahora te voy a demostrar lo que digo. - dijo el Sol.
Comenzó a calentar tan fuerte que la tierra comenzó a quebrarse, la Lluvia
por su parte al ver esto dejó caer tanta agua, que los ríos se desbordaron y
todo comenzó a inundarse.
Imagínaos, lo mismo caía un palmo de agua, que hacía un sol terrible, así
estuvo varios días, hasta que llegó la sabia Doña Naturaleza y dijo con gran
enojó:
-jBasta!, no se dan cuenta   lo que están haciendo?, han destrozado las
flores, los árboles y todo por el orgullo y la vanidad.



La Lluvia y el Sol miraron a todas partes y se dieron cuenta del error que habían  cometido, todo había desaparecido,  las flores,  los árboles,  los animales, el cauce de los rios. -Haremos una reunión - dijo Doña Naturaleza.
Mandó a buscar a Ias cuatro estaciones del año: Primavera, Verano, Otoño e Invierno.
-Ahora cada una dirá quién necesita del sol o de la lluvia- . Verano dijo que necesitaba mucho al sol para que los niños fueran a la playa a jugar y divertirse, la Primavera necesitaba un poco más de la lluvia para que florecieran las plantas, Invierno pidió poco sol y poca lluvia le vendría muy bien, mientras que el Otoño prefirió que la Lluvia lo visitara menos. Así quedó aclarado como tenían que trabajar el Sol y la Lluvia, pasaron algunos meses y de nuevo el campo estaba lleno de geranios, margaritas, rosas, los pájaros hacían sus nidos en las ramas de los árboles entonando sus bellos cantos. Fué entonces cuando la Lluvia miró al Sol de otra manera, le gustó mucho su cabello rubio, sus fuertes rayos y su barba rojiza, ella se acercó y lo tomó de la mano, el Sol la abrazó y le dio un beso tibio, al instante se dibujó en el cielo un arco de bellos y brillantes colores. Desde entonces cuando el Sol y la Lluvia se besan nace un arcoiris en el cielo.   
                                  
                    Miguel García Robles


Buena lección



 Buena Lección.                 
El sol comenzaba a salir, calentando suavemente Ia tierra, Ias flores abrían sus pétalos ofreciendo su olor y Ias mariposas revoloteaban felices entre ellas. Las abejas iban y venían laboriosas, en el follaje de los árboles se sentía el revolotear de los pájaros y a un riachuelo pasear con su agua cristalina.
De un agujero en el tronco de un pino brotó el suave canto de una paloma, tan suave como aquellas nanas que nos canta mama para dormir y que nunca olvidamos, Pues bien este canto que se escuchaba anunciaba el nacimiento de dos pichones de un suave plumón. Así pasaban los días, los dos pichones fueron creciendo dentro del nido mirando de vez en vez el bello paisaje, las enormes montañas, las cristalinas aguas del rio, Ia tierra labrada; pero había algo que a los pichones les encantaba ver: las nubes, adoraban verlas vagar, cambiar de forma era para ellos muy divertido, sonaban con poder llegar a ellas y volar alegremente a su alrededor.
El tiempo pasó y el plumón de su cuerpo cambio por blancas y brillantes plumas, era Ia hora de aprender a volar, sus padres los llevaron fuera del nido, extendieron sus alas y se lanzaron al aire en vuelo torpe, pero feliz. No debían alejarse mucho pues aún no estaban preparados, así que muy pronto escucharon la llamada de su madre, debían regresar. Los pichones miraron a

Ias nubes, aún estaban muy lejos, no podrían alcanzarlas así que decidieron regresar.
Una tarde uno de los pichones que no se cansaba de mirar Ias nubes aprovechó que sus padres habían salido en busca de alimento y escapó, voló directo a ellas pero en tan solo un instante estas se volvieron grises, el viento soplaba húmedo con olor a tierra mojada, era un viento fuerte que podía mover Ias ramas más gruesas, arrastraba Ias hojas caídas de los árboles, el horizonte era gris intenso y este a cada rato se iluminaba seguido de grandes estruendos. Las palomas regresaron al nido para proteger a sus pichones, pero faltaba uno, Ios padres buscaron por todas partes y no Io encontraron. Afuera las gotas de lluvia se hacían más fuertes, tanto que no se podía ver absolutamente nada. En los ojos de mamá paloma también había lluvia, pero esta lluvia eran lágrimas que salían de sus ojos, sabía que su pequeño aún no estaba listo para volar, además sabía que el aire fuerte le haría perder el rumbo.
Pasaron horas hasta que llegó al nido un pichón de paloma muy mojado, cansado de luchar contra el viento, el frio y el hambre. Mama paloma rápidamente Io metió entre sus alas, dándole calor y comida. El pichón esperaba un fuerte regaño pero solo recibió el cariño y el amor de sus padres. La tormenta pasó, el sol brillaba de nuevo y allí estaban las nubes blancas con sus diferentes formas en constante cambio, el pichón las miraba esperanzado pues sabe que un día su madre le dirá que ya es tiempo de volar.
                                    Miguel García Robles
Diccionario-  Follaje= conjunto de hojas de los árboles