viernes, 1 de febrero de 2013

Arcoiris



 Arcoiris.                  
Cuentan que una vez el Sol y Ia Lluvia discutieron tan fuerte y tanto que la tierra casi desaparece. Pues os hablaré primero y bien despacio de como son los personajes de este cuento para que lo entiendan mejor. La Lluvia es una muchacha de cabellos transparentes como el cristal, sus ojos son tan claros que casi puedes mirarte en ellos, siempre la gusta juguetear entre las flores dejando su frescura como si fuese una canción. El sol es un joven impetuoso, fuerte, de cabellera rubia y barba rojiza, da luz y calor por dondequiera que pasa.
Un día el Sol se dio cuenta que estaba enamorado de la Lluvia, quiso decírselo, pero ella era orgullosa lo rechazó. El Sol se sintió tan triste y enojado que le dijo: -Vamos a ver quién puede ser más importante tú o yo.
-jQué tonto eres! -dijo la Lluvia suavemente.
-Ahora te voy a demostrar lo que digo. - dijo el Sol.
Comenzó a calentar tan fuerte que la tierra comenzó a quebrarse, la Lluvia
por su parte al ver esto dejó caer tanta agua, que los ríos se desbordaron y
todo comenzó a inundarse.
Imagínaos, lo mismo caía un palmo de agua, que hacía un sol terrible, así
estuvo varios días, hasta que llegó la sabia Doña Naturaleza y dijo con gran
enojó:
-jBasta!, no se dan cuenta   lo que están haciendo?, han destrozado las
flores, los árboles y todo por el orgullo y la vanidad.



La Lluvia y el Sol miraron a todas partes y se dieron cuenta del error que habían  cometido, todo había desaparecido,  las flores,  los árboles,  los animales, el cauce de los rios. -Haremos una reunión - dijo Doña Naturaleza.
Mandó a buscar a Ias cuatro estaciones del año: Primavera, Verano, Otoño e Invierno.
-Ahora cada una dirá quién necesita del sol o de la lluvia- . Verano dijo que necesitaba mucho al sol para que los niños fueran a la playa a jugar y divertirse, la Primavera necesitaba un poco más de la lluvia para que florecieran las plantas, Invierno pidió poco sol y poca lluvia le vendría muy bien, mientras que el Otoño prefirió que la Lluvia lo visitara menos. Así quedó aclarado como tenían que trabajar el Sol y la Lluvia, pasaron algunos meses y de nuevo el campo estaba lleno de geranios, margaritas, rosas, los pájaros hacían sus nidos en las ramas de los árboles entonando sus bellos cantos. Fué entonces cuando la Lluvia miró al Sol de otra manera, le gustó mucho su cabello rubio, sus fuertes rayos y su barba rojiza, ella se acercó y lo tomó de la mano, el Sol la abrazó y le dio un beso tibio, al instante se dibujó en el cielo un arco de bellos y brillantes colores. Desde entonces cuando el Sol y la Lluvia se besan nace un arcoiris en el cielo.   
                                  
                    Miguel García Robles


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