Un extraño animalito.
Había una vez en un bello campo bordeado de
hermosos y multicolores geranios, de esos que a mamá le encantan poner para
decorar el jardín de casa y que a veces se enfada cuando sin querer tiramos uno
con Ia pelota. Pués en un lugar llenito de esas florecillas vivía un extraño
animalito, siempre estaba contento y era amigo de todos los que allí habitaban.
Pero sucede que el amigo de nuestro cuento no tenía lugar donde vivir, cuando
llovía se mojaba y por Ias noches sentía mucho miedo del viejo búho al cual le
gustaba pasear en compañía de Ias estrellas
y comer cuanto bicho se movía en Ia oscuridad. Un día todos los animales
se reunieron y decidieron hacer una casa para su buen amigo. El pájaro
carpintero, que como todos saben es un experto en cuanto a madera se trata,
ayudó a seleccionar Ia mejor y más fuerte, mientras los demás armaron Ia casita y se Ia pusieron al pie de un árbol. El
pequeño animalito que no era más que una babosa se puso muy contenta y le agradeció
a sus amigos, todos los días salía de su casita e iba de paseo y por Ias noches
dormía en ella, pero algo sucedía, el cuerpo de Ia babosa es muy blando y
húmedo por eso no podía dar largos paseos pues los rayos del sol Ia quemaban.
Aquí comenzaron todos a preocuparse, no
tenían ni idea de qué hacer, entonces el conejo le aconsejó que anduviera
siempre con Ia casita a cuesta, ella pensó que sería muy interesante andar con
su casa, Ias hormigas que son muy fuertes ayudaron a ponérsela sobre su
espalda.
Desde ese entonces todas Ias babosas llevan su casa
encima y les llaman caracol.
Miguel Garcia Robles
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